lunes, 5 de octubre de 2009

Un poco de historia de la flauta



Evolución y orígenes


El origen de la flauta se remonta a los silbatos de caña utilizados en la música popular desde la antigüedad. Éstas
flautillas fueron perfeccionándose hasta conseguirse, durante la Edad Media (siglos XIII-XIV-XV) los primeros
instrumentos que responden a lo que hoy en día llamamos flauta dulce, y que ya tenían siete agujeros en la parte
anterior y uno más para el pulgar en la posterior.


La flauta más antigua que hoy en día conservamos fue encontrada en el foso del castillo de Merwede (Países
Bajos) y es conocida como la "flauta de Dordrecht". Los expertos no se ponen de acuerdo sobre la fecha en la que
fue construida, quizás durante el siglo XIV. Está incompleta y deformada por el paso del tiempo y las malas
condiciones en las que se conservó durante todos estos siglos, enterrada en el barro, pero las reconstrucciones
realizadas han podido determinar que su sonido era potente y tenía un registro superior a las dos octavas..


Desde la Edad Media la evolución de la flauta ha sido constante. Las flautas renacentistas tenían el taladro
interno (parte interior del cuerpo, donde se perforan los agujeros) ligeramente cónico en el modelo más extendido, o cilíndrico en el caso de otros como los descritos por Ganassi (Italia, 1535) o Van Eyck (Holanda, principios del siglo XVII). Ésta última ya puede ser considerada como transicional hacia los modelos barrocos. La sección cilíndrica era responsable del sonido potente que se conseguía en el registro grave. Exteriormente, una flauta renacentista no
suele aparecer decorada, y casi siempre se construían de una sola pieza (no eran desmontables).


En el Barroco, el taladro interno se convierte en cónico. Ésto afecta al sonido, que se convierte en más apagado, y a la vez proporciona ayuda a la hora de conseguir una correcta afinación. En el exterior solían decorarse con anillos y con motivos ornamentales en marfil u otros materiales, como se puede observar en ejemplares históricos
conservados en diferentes museos de Europa.

Durante el siglo XX hemos vivido un "renacimiento" de la flauta dulce. Muchos constructores han ideado
sistemas para dotar a la flauta de una mayor gama de sonidos y aumentar su potencia sonora, mediante la
aplicación de llaves, bloques intercambiables, alteraciones en el taladro interno, etc. pero estas "nuevas flautas"
todavía no han alcanzado mucha popularidad entre los propios intérpretes. La música de vanguardia necesita
nuevos modelos de flauta para cubrir sus necesidades expresivas, y los fabricantes de flautas, conscientes de ello,
continúan investigando y experimentando.